Wednesday, September 12, 2018

Deseos de una vida pasada (Noragami-III) Contiene Spoilers Como ya mencioné antes, Yukine siendo un Shinki comparte cuerpo (sensaciones) y mente (pensamientos) con el dios Yato, quien asumió esa responsabilidad. Tristemente, desde el principio, Yukine no estuvo muy contento con el hecho de que Yato lo hubiese llamado, debido a que las condiciones en que vivían eran algo inestables. Esto hizo que silenciosamente Yukine, quisiera darse ciertos gustos ‘a su manera’. Sin embargo, la conexión entre un dios amo y su reliquia es tan íntima y fuerte que increíblemente, todas las ideas malintencionadas o pervertidas que venían a la mente y corazón de Yukine, tuvieron un efecto devastador sobre el dios Yato, haciendo que la corrupción de sus pensamientos lo lastimara como una aguja, dejando una dolorosa y evidente marca física en el cuerpo de Yato. Esa herida constantemente arde y se extiende con cada pensamiento sucio del Shinki, mientras debilita al dios poseedor. (Una clara analogía de lo que significa cargar con el pecado y corrupción de una persona, o de muchas, sufriendo lo indecible.) Ahora, Yato se ha llenado de corrupción a causa de llevar los pecados y malos pensamientos de Yukine, por lo cual, Yato está sufriendo, se ha debilitado e incluso, podría morir pronto. Quiero detenerme especialmente en el noveno episodio, donde mencionan que la única forma de limpiar la impureza que ha corrompido a Yato y que ha poseído el alma de Yukine, es confesando todas sus faltas, todos sus deseos egoístas y los anhelos de volver atrás luego de haber recibido una nueva vida. Su confesión será en dolor y agonía, ante varios testigos, arrepintiéndose pública y sinceramente por todo eso: –“¡Robé, rompí cosas, dije muchas mentiras, No lo hare más. De verdad lo lamento. Perdón!” ¡Wow! Para mí, eso fue totalmente inesperado. Siempre encuentro analogías en casi todo lo que veo y leo, pero, ¡Esto, está en otra categoría! ¡Que paralelo tan increíble sobre la redención! Fue un ‘Knock Out’ para mi espíritu. El hecho de ver a Yato tan herido, sufriente, y moribundo, soportando en silencio toda la corrupción del alma de Yukine, traspasó mi corazón como una espada –Es algo Indescriptible- Recordé estas palabras: Pero él fue herido por nuestras rebeliones, fue golpeado por nuestras maldades; él sufrió en nuestro lugar, y gracias a sus heridas recibimos la paz y fuimos sanados. Luego, vi como Yato llamó a Yukine, y él fue restaurado por esa nueva identidad, al igual que nosotros, gracias a la nueva identidad que tenemos en Jesús en la cual, también recibiremos un nuevo nombre. (Una confesión: Tuve que poner Pausa al episodio y meditar un momento en esas palabras mientras mis ojos se llenaban de lágrimas al encontrar esa gran verdad reflejada en un lugar tan trivial.) A pesar de todo el sufrimiento que Yukine le causó a Yato, éste resistió y nunca perdió la esperanza de que Yukine fuese redimido, sino que al igual que un padre amoroso, pretendía recibirlo nuevamente y así poder volver a forjar su espíritu. Puesto que, desde el primer instante, Yato valoró a Yukine, y estuvo dispuesto a aceptar su juventud e inestabilidad, le dio un nombre y lo hizo un Arma poderosa en su mano. Lastimosamente, somos muy parecidos a Yukine, y con frecuencia, menospreciamos el hecho de que quien nos ha escogido, ha asumido el peso de nuestras culpas y orgullo, a cambio de nuestras vidas y de hacernos herramientas útiles en sus manos para combatir la maldad. Pero la buena noticia, es que al igual que Yukine, si nos arrepentimos sinceramente, seremos redimidos y transformados en guías de nuestro Dios, siendo un vínculo entre la presencia de Dios y las personas de nuestro entorno.


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