Tuesday, September 18, 2018

El problema del pecado: El pecado actualmente, es uno de los temas más ignorados por los grupos de jóvenes cristianos, en realidad no se le está dando la importancia que debería dársele. Para no quedarnos meramente en mi opinión al respecto; los invito a adentrarnos en un breve paseo comentado por algunos pasajes de la Biblia. Primero que todo; debo aclarar que el pecado no es un problemilla como suelen afirmar algunos líderes juveniles; no es algo con lo que podamos lidiar solos. Puede sonar muy fatalista, pero, no somos pecadores porque pecamos, sino que más bien, pecamos porque somos pecadores. El pecado entró a la humanidad por un sólo hombre: " Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida." Génesis 3:17. Desde ese entonces, el hombre perdió la santidad con la que había sido creado y el pecado se fue esparciendo más y más tras cada generación: "8 Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató. 9 Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano? 10 Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra. 11 Ahora, pues, maldito seas tú de la tierra, que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano" Génesis 4:8-11. Alcanzamos a percibir que en vez del ser humano mejorar luego de esto, va en una creciente degeneración; tanto que en Génesis 6, Dios decide de una vez por todas eliminar la humanidad y tomar a Noé como remanente; más sin embargo esto no fue para acabar con la maldad, sino más bien para confimar que el hombre era incapaz de volver a agradar a Dios por sus medios; esto se confirma en Génesis 8:21 "Y percibió Jehová olor grato; y dijo Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud; ni volveré más a destruir todo ser viviente, como he hecho." Dios afirma que el corazón del hombre es malo, y lo seguirá siendo. Ahora; el profeta Isaías aclara que es el pecado lo que ha separado al hombre, de Dios “pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.” Isaías 59:2 ¿cómo podría un Dios santo tener comunión con los pecadores? Muchas veces se intenta amortiguar un pecado diciendo, por ejemplo: “Es que es una mentira piadosa” o “no fui porque estaba muy cansado” haciendo parecer que el pecado no es tan grave; pero la Biblia dice todo lo contrario: “Porque cualquiera que guarda toda la ley, pero tropieza en un punto, se ha hecho culpable de todos.” Santiago 2:10 para Dios, todos los pecados son graves; pues todos son una ofensa contra Él. Agustín de Hipona lo describe de la siguiente manera: “La universalidad del delito no los justificaría; serían todos ellos reos de la misma culpa ante el juicio de Dios, que no creó a los hombres para que de tal modo se comportaran” Confesiones Pg76 Ahora bien; entendemos que nuestro corazón es malo por naturaleza y también comprendemos como nos vemos delante de Dios; entonces, ¿qué tan conveniente es poner nuestros juicios sobre los juicios de Dios? Hacer eso es un camino directo a la destrucción: “Y no temáis a los que matan el cuerpo, más el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.” Mateo 10:28 No es conveniente hacer porque así agrada a los hombres; sino más bien, debemos hacer porque así agrada a Dios. Ahora ¿podemos hacer esto por nuestra propia cuenta? Isaías 64:6 lo niega rotundamente “Estamos todos infectados por el pecado y somos impuros. Cuando mostramos nuestros actos de justicia, no son más que trapos sucios. Como las hojas del otoño, nos marchitamos y caemos, y nuestros pecados nos arrasan como el viento.” La única forma en la que podemos agradar a Dios es por medio de Jesucristo y su Justicia. Así que nuestro llamado no es buscar primero obrar bien para ganar algo; sino más bien, debemos primero buscar de Cristo, arrepentirnos y pedirle a Dios que nos haga partícipes de su gracia por medio de Jesús. Al arrepentirnos y nacer de nuevo, Dios nos capacita para andar en buenas obras “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.” Efesios 2:10 ya no somos esclavos del pecado, sino de la justicia; Dios ve nuestras obras puras y santas, porque son obras que Él mismo preparó, son obras sin gloria humana alguna. El pecado nos había separado de Dios; más Cristo nos acerca a Él por medio de su Justicia “Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.” Romanos 5:17. El problema del pecado es que este se enseñorea de aquellos quienes se esfuerzan en perseguir una injusticia inalcanzable; pues nada que venga de un ser inmundo agrada a Dios. La justicia que debemos aspirar a alcanzar no es una justicia propia, sino la de Cristo; pues solo Él cumplió de manera perfecta la ley y sólo Él fue y es santo. Así que, somos llamados a aceptar la gravedad de nuestro pecado y presentarnos arrepentidos ante el Señor porque lo hemos ofendido, aceptar la justicia de Cristo que nos fue transferida por su obra en la Cruz y vivir conforme a la palabra de Dios; alejándonos de todo pecado y presentarnos como herramientas santas ante el Señor. #TheologianOtaku


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